Acceso a la función docente

Si tienes dudas sobre las donaciones, pulsa aquí dónde explicamos en qué consite y por qué son necesarias

Siempre he pensado que pasan a la docencia personas muy válidas en conocimientos, pero que dejan mucho que desear en otros ámbitos no evaluados. Tratar con alumnos/as, con independencia de su edad, requiere que el docente tenga una serie de cualidades psíquicas que le permitan tanto controlar situaciones difíciles, como saber controlar sus emociones. Y  no  hablo de perder los nervios en un momento determinado, levantar la voz o dar un palmetazo sonoro en la mesa, esto va dentro de nuestra condición humana, nos acompaña inevitablemente y por desgracia es necesario en determinadas situaciones.

Me refiero a situaciones incomprensibles como la de una maestra italiana que le pone unas tijeras en la lengua a un alumno de infantil y «sin querer» apretó más de la cuenta realizándole un corte que requirió cinco puntos de sutura.

Creo que no es suficiente demostrar conocimientos para poder ejercer nuestra profesión.  Un/a maestro/a tienen que tener cualidades que por desgracia no se miden ni evalúan en las oposiciones. Ser comprensivos son la edad y/o situación, no ser tolerantes con actuaciones que no lo justifiquen, no tirar la toalla con los más difíciles y si la tiras volver a cogerla, saber exigir el esfuerzo en nuestros alumnos y saber castigar cada cosa en su justa medida, no retirando el castigo  si ha sido merecido, fomentar la imaginación y creatividad  frente a la repetición como loros de los libros de texto, innovar, estar abierto siempre a aprender nuevas didácticas y en resumen a hacer por ellos todo lo que haríamos si fuesen nuestros propios hijos/as.

Es necesario un replanteamiento del acceso a la función docente, porque el magisterio se está convirtiendo en un trabajo y no en una vocación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *