Cuento corto: «La venganza de la goma»

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Un pequeño cuento con alguna enseñanza en valores o cualquier otra circunstancia de la vida de nuestros centros, a veces adaptado, otras inventado, y siempre ambientado en la escuela para hacerlo más cercano a nuestro alumnos.

Al final está disponible la lectura para imprimir, con preguntas y actividades de comprensión lectora.

Cuando nos agravian tendemos a querer vengarnos y devolver el daño que nos han hecho, pero la venganza nos ciega y nos impide ver la consecuencias que puede tener nuestra venganza. Con el siguiente cuento ponemos cerca a los alumnos poder descubrir el lado oscuro de venganza.

“LA VENGANZA DE LA GOMA”

         En el estuche de Ramón acababa de entra una reluciente, olorosa y blanca goma de borrar. Su mamá se la había comprado unos minutos antes de entrar en el cole, en la papelería que había enfrente. Al abrir la caja, totalmente llena y en perfecta alineación, el dependiente se las enseñó antes de dársela, para que eligiera entre los colores que había.

Cuando la clase empezó, Ramón sacó su cuaderno, su lápiz y su nueva goma, la cual -sin que se diese cuenta- cayó al suelo y quedó aprisionada entre las patas de su mesa y la del compañero . Allí estaba, solita, pasando el tiempo sin que nadie la echara en falta, de tal manera que -a la hora de la salida- ahí atrapada y triste se quedó.

Al día siguiente ocurrió lo mismo, nadie se dio cuenta de dónde estaba, ni siquiera cuando Ramón se levantó para decirle a la maestra que le habían quitado su goma nueva. Pero ni Ramón ni nadie pudo confirmar quién le había quitado la goma; así que el día volvió a acabar sin que la encontraran. Así pasó un día y otro, y otro…Hasta que pasaron tantos que a la goma se le empezaron a pegar las pelusillas que se escapaban de las escobas de la limpieza, quedando sucia y manchada, perdiendo el esplendor que tenía cuando estaba en su caja.

Pero una mañana, un niño de la clase tropezó con la mesa e hizo que la goma se liberara de su prisión -aunque no por ello la recogieron del suelo- por lo que el enojo de la goma fue en aumento, hasta llegar a pensar: -“¡Pero bueno!, ¿nadie me va a recoger? ¡Pues ahora se van a enterar estos desaprensivos críos!”. Así que, aprovechando los descuidos de los niños, iba borrando todos los ejercicios y tareas que habían escrito, de manera que -cuando la maestra iba a corregirlos…- ¡No había nada en los cuadernos! ¡Las soluciones de las cuentas, las palabras y las frases volaban al instante al ser borradas por la goma vengadora! En un par de días, ningún niño pudo terminar la tarea, sin saber nadie porqué desaparecía todo de sus cuadernos.

Al tercer día, la goma tan sólo era una pequeña mota que ya no podía borrar nada y, cuando se dio cuenta de que su venganza se había vuelto contra ella, ya era demasiado tarde. Pensemos un poco: una goma normal, si la cuida bien su dueño, puede llegar a durar muchas semanas; en cambio, la goma vengadora se había gastado por completo en sólo dos días.

Para ella ya era demasiado tarde, las ganas por vengarse de esos niños tan poco cuidadosos, había sido propio fin. Pero para ti no tiene por qué serlo; ya que, cuando tengas muchas ganas de vengarte de algo que te hayan hecho, acuérdate que la venganza viene siempre de la mano de algo malo para el que la realiza.

Autor texto y dibujo: José Miguel de la Rosa Sánchez – Comprensión lectora: Silvia Asuero.
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