Competencia en la escritura con dictados

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Adolfo Victorián Cano, maestro de 1º B del CEIP “Reina de la Paz” en San Fernando (Cádiz) , nos comenta una iniciativa para lograr una mejora en la ortografía del alumnado, en la cual partiendo de unas presentaciones ppt se les enseña reglas ortográficas y posteriormente realizan una competición donde ganarán medallas y diplomas.

Las presentaciones están a continuación con una descarga directa debajo de cada una, al igual que las medallas y diplomas, a continuación está el proceso para trabajar los dictados y al final una reflexión de su autor sobre la “competencia educativa”.

Este material consta de los siguientes recursos descargables:

PROCEDIMIENTO:

Al hacer los dictados me daba cuenta de que repetía una y otra vez lo mismo para que escribieran bien. Entonces se me ocurrió plantearlo como una competición, y por tanto, con un entrenamiento y monté unas presentaciones con las reglas básicas para la expresión escrita y para mejorar la ortografía.

La competición EDUCATIVA consiste en promover la mejora personal en competencia con los demás, sin eliminación, en igualdad de condiciones y dentro de unas reglas modificadas por el maestro. No hay un único ganador a diferencia con el deporte, pero no hay recompensa si no has obtenido un resultado.

Los premios son medallas y diplomas en función de las reglas y de los fallos en el día de la competición. El sistema es un éxito porque los niños se esfuerzan y porque realmente mejoraron.

La competición tiene un proceso que dura varios días durante los que se realizan entrenamientos con dictados de las reglas que trabajamos (Reglas de Oro y de Plata). El objetivo tiene que ser accesible a la mayoría, y la prueba hay que realizarla cuando estés seguro que los niños lo vayan a conseguir. Al principio se les pone las reglas antes del dictado de repaso y cuando ya cometen pocos fallos se realiza la prueba que consiste en:

 – Cuatro frases dictadas: Oro con 1 – 2 fallos, Plata 3-4 fallos y bronce: 5 fallos.

– Una vez corregidos los dictados de la prueba se les pone la medalla correspondiente en la libreta.

– La corrección de los dictados se realizan mediante códigos, donde R5, significa que han roto la regla 5 (el monstruo de las galletas que se come las letras).

– Una vez realizada la competición de las medallas se hace lo mismo pero con la de los diplomas.

– Para los diplomas la exigencia es más difícil: Oro: ninguno o un fallo, Plata: 2 – 3, Bronce: 4.

 La siguiente competición es de “las trampas de la bruja”. Se les introduce ocho reglas de ortografía nuevass, de la mano de Burt Simpson, el cual nos prepara para no caer en las trampas que elabora en el caldero la malvada bruja de risa siniestra:

 Este sistema se basa igualmente en poner una «marca» a conseguir (mejorar la ortografía de palabras difíciles, que son las que la bruja dicta), y el que no llega al mínimo para el bronce no se lleva la medalla. En este tipo de dictados, la bruja prepara palabras difíciles (son sus trampas) y los alumnos tienen que procurar no caer. Cada fallo la bruja se parte de risa.

Este tipo de dictados va precedido de la presentación de Burt, que nos recuerda las reglas. Cuando lo he puesto de forma rápida, comienza la presentación de la bruja, que cada día se “alimenta” de los dictados anteriores. Es decir, las palabras que nos hicieron caer en las trampas la última vez aparecen en la presentación, de manera que les sirva a los niños para que no vuelvan a caer.

Cuando crees que los fallos van a ser pocos, les avisas y le pones el dictado. En lugar de una medalla o un diploma el premio es una tarjeta de Burt Simpson en la que éste te da la enhorabuena por no tener ningún fallo, uno, dos o máximo tres.

Al igual que con las medallitas, te llevas los cuadernos de los niños a casa, y se las metes con cuidado. Al día siguiente le pones cinco minutos antes de que lleguen a clase, en la mesa de cada uno su cuaderno con la tarjeta, o en algún caso sin ella. La cara de los niños cuando abren el cuaderno es para grabarlo.

COMPETENCIA EDUCATIVA

Se me han dado dos circunstancias:

Primera: La última vez tuve que ir a una papelería a comprar más cartulina de color amarillo porque los niños lo hicieron muy bien.

La segunda: Un niño no se llevó ninguna medalla porque cometió más fallos de los permitidos. El profesor le explicó que estaba muy cerca, que había mejorado mucho pero que todavía le faltaba entrenamiento. Le puse durante esa semana y la siguiente un plan para que mejorase, y cuando le volví a hacer la prueba sí consiguió su medalla. Y también el aplauso y reconocimiento de sus compañeros.

INCONVENIENTES: Nuestros alumnos viven en una nube de algodón donde sin esforzarse, son llamados –incluso por nosotros mismos- “campeón”. Y cuando se enfrentan a una prueba no están acostumbrados a encajar la derrota. La primera vez que hice la primera competición –de matemáticas-, hubo unos diez niños que no consiguieron medalla. Alguno lo entendió bien, como me gusta decir, deportivamente, pero hubo dos que cuando llegaron a sus casas se hartaron de llorar.

Sus padres, muy disgustados, dijeron que no fue una buena idea, pero al mismo tiempo me reconocieron que sus hijos se habían hartado de hacer cuentas en casa para entrenarse. Yo les dije que eso era lo que yo quería, que se esforzaran, y les pedí que fueran ellos los que le premiaran por el ESFUERZO, pero que yo les premiaría por el RESULTADO.

También les dije que la derrota forma parte del juego, y que dentro de su aprendizaje en la escuela y en su vida, tenían que aprender a aceptar la derrota para encauzarla positivamente hasta que la transformaran en superación, y posteriormente, en éxito.

En la siguiente prueba, antes de hacerla, a estos dos niños –y a todos- les di la oportunidad de NO HACERLA, pero que si la hacían tenían que aceptar la posibilidad de no llevarte nada. Así lo hicieron y les volvió a pasar lo mismo, pero esta vez no hubo lágrimas por parte de ellos. Se dieron cuenta que simplemente no estaban preparados, y que lo que tenían que hacer era entrenarse más. Les di todo mi apoyo y material para entrenar, y finalmente, consiguieron la medalla. Creo que nunca un trozo de cartulina les hizo más ilusión.

Fomento en mis alumnos esta competición EDUCATIVA, donde cada uno debe ser consciente de sus posibilidades, de sus capacidades y limitaciones, de conocerlas y de aceptarlas. Pero yo voy más allá. Deben conocer y aceptar a los demás, RESPETARLAS Y VALORARLAS. Sencillamente, como realmente son los niños.

Os pongo un ejemplo natural: Dos niños que están haciendo dos equipos para jugar. Los capitanes, ¿a quiénes eligen primero? Claro, a los más rápidos. Es algo normal. Ni siquiera les importa que sea niña si ésta es rápida o juega bien al futbol.

Lo que hago con la competición EDUCATIVA es coger lo mejor de la competición y eliminar lo peor de ella. Los niños son competitivos por naturaleza, y por tanto no debemos eliminarla de nuestras clases, sino encauzarla. Creo que cuando un niño compite es cuando más se esfuerza. Yo estoy para estimularla, controlarla y utilizarla para la mejora de cada uno respecto a si mismo y respecto a los demás.

Sé que esto tiene muchos detractores pero os diré una cosa: Funciona, y os puedo asegurar que no tengo niños frustrados ni infelices. Yo diría que más bien al contrario: motivados, satisfechos y felices por ir superando dificultades.

DESCARGAR: «MEDALLAS Y DIPLOMAS»

Este material se publicó originalmente en actiludis.com por primera vez el 09-05-2012

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